sábado, 17 de septiembre de 2011

El Monstruo.

          Todos conocemos alguno. Todos sabemos quienes son. Les observamos desde fuera, les juzgamos o intentamos entenderles. Quizás incluso nosotros seamos uno, con lo que disfrutamos del espectáculo. Sí, todos sabemos quienes son los Monstruos, y tenemos claro que son personas iguales que tú y que él. No tan iguales cuando se llega a dicho punto, pero en algún momento lo fueron.

          El termino Monstruo está mal entendido, mal concebido por el intelecto del humano mediocre; el Monstruo es tragedia, y no maldad; el Monstruo es plenitud, y no obsesión; el Monstruo es racional, y no está perturbado. La gente rechaza lo que no puede vivir, lo que esta por encima de sus opciones. La gente no entiende como alguien puede entregarse a la vida, y es entonces cuando aparece la palabra Monstruo.

          Parece que la vida se nos haya dado con algún sentido, con algún tipo de finalidad o meta, y quien trate de escapar a este mandato Metafísico no sera más que un personaje que ha perdido la cordura y que hay que tratar como el viejo senil que no hace mas que repetir sus batallitas, negándole toda oportunidad al dialogo; "está loco".

          Estar loco es lucha, desasosiego, ímpetu y fuerza; es el enfrentamiento contra algo superior, la inexistencia de posible victoria y el deleite de sudar por ello; es el placer de la masturbación de buscar una meta que es inviable de alcanzar: ser un Dios, un Odiseo, Afrodita a nuestros pies... La explosión de sentimientos y pasiones que ello nos genera es, sin duda, la amplia gama de capacidades que tenemos los seres humanos. Y ahí es donde se genera el Monstruo, en el punto álgido de la busca de uno mismo. Un Monstruo no es la encarnación del mal en la Tierra, ni un ser grotesco que busca hacer daño por el simple hecho de estar perturbado. No, claro que no. El Monstruo es un sentimiento general que nos une como seres humanos, como seres con una Perfectibilidad; es la animalidad racional que nos impulsa a mejorarnos a nosotros mismos en un espejo donde seamos Dioses, donde nada ni nadie pueda pararnos; es el sentimiento de autodestrucción, en busca de una mejora que elimine todo dolor, y nos dé la capacidad de generar todo aquello que deseémos.

          Todo ello, vivir la tragedia de la existencia como tal, nos hace mas benévolos. El Monstruo es consciente de por donde ha pasado, y está orgulloso de ello, y es más consciente y considerado respecto a sus diferencias con el resto. Esto le permite posicionarse en cualquiera de los dos extremos, es capaz de entender el por qué de la inferioridad y busca continuamente ocasiones para enmendarla. El Monstruo se siente más a gusto entre otros Monstruos, pues puede disfrutar del arte, de la fuerza, del conocimiento, tanto del suyo como del de sus compañeros. ¿Y por que no puede hacer lo mismo con los no-Monstruos? Pues por que estos se sienten atacados, se sienten vulnerables cuando ven tales demostraciones.



          Es cuestión de suerte ser Monstruo o no; es cuestión de educación, de conocimientos, de experiencia; es cuestión de captación de tu búsqueda, de ti y de tu entorno; es cuestión de reflexión, de desidia y de ansia; es cuestión de abrir un blog o no, cuestión de hacer o no hacer algo. Es cuestión de querer conocerse o de querer olvidarse.

1 comentario:

  1. Lo mejor, es la visión de como la gente no comprende que los monstruos, estén orgullosos de serlo. Y en su interior, envidian

    ResponderEliminar