martes, 11 de octubre de 2011

Libertad evolutiva

Tengo que aceptar un paradigma en el que tomar decisiones, vivir una vida, ser yo mismo, implique que tengo libre albedrío.

Esto en si mismo puede suponer una falacia, dado que somos seres biológicos con unas determinadas características, hemos crecido en un determinado entorno y estamos sujetos a unas leyes físicas. Todo parece abocado al total mecanicismo, en el que poco o nada importa quienes seamos nosotros o cuales sean nuestros pensamientos. No podemos considerarnos más que una ingeniosa obra de la evolución, en la que sagazmente se introdujo la idea de libertad para que sus individuos pudiesen desarrollarse óptimamente. Y ahí está el quid de la cuestión.

Todo lo anterior es completamente cierto, y no podemos dudar de la biología, de la física o de la antropología.

Pero una cosa no quita a la otra, ya que fue la evolución la que nos dotó de nuestro idiosincrático individualismo, de nuestra realidad personal, características de las que carecen el resto de animales. Curiosamente, somos también la especie que ha proliferado de una manera más que exponencial y óptima, sin duda siendo la raza humana la que menos dificultades tiene para la supervivencia, en el sentido estricto de la palabra. Es decir, necesitamos de nuestra personalidad para desarrollarnos como el tipo de animal que somos, y también contamos con que la especie humana es la más desarrollada culturalmente.

Tampoco podemos olvidar la enorme importancia de la cooperación. La gran habilidad del ser humano para interrelacionarse con sus congéneres, con el propósito de evitar el mayor mal posible, también nos ha permitido evolucionar en conceptos que van más allá de la manada. Pero no podemos olvidar que si hemos desarrollado tanto dicha capacidad de trabajo en grupo, que por supuesto también poseen los animales, es por el hecho de querer siempre aspirar a más de lo que se es. Y esto, sin lo anterior, es imposible.

¿A donde quiero llegar?

Bien, parece claro que para desarrollar una sociedad evolucionada culturalmente necesitamos de individuos libres, individuales, pero con un fuerte sentimiento de cooperación y trabajo en grupo. De acuerdo, pero, ¿no choca esto con la premisa de que somos unos individuos completamente atados a nuestra realidad? ¿Por qué de repente tenemos que adjuntar la supervivencia del ser humano a la personalidad de sus individuos? ¿Pero que clase de locura es esta?

Tan sencillo como que necesitamos de la libertad para existir. Nuestras decisiones, en instancia última, serán tomadas por nosotros mismos, y nada es capaz de evitar eso. Es cierto que somos un cumulo, un batiburrillo de diferentes mixturas, y esto no tiene por que quitarle sustancia al asunto. Todo lo contario: no está nada claro que seas libre, por lo que has de esforzarte por conseguirlo. Has de luchar en cada momento contra ti mismo, para querer realmente lo que quieres, para ser realmente lo que eres.

La libertad ha de ser un error en las premisas que tenemos que admitir por el mejor funcionamiento del sistema. Una evolución biológica: un fallo que termina siendo positivo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario